viernes, 14 de febrero de 2014

¿Cómo fotografiar la luna?

Cada vez que hay luna llena me apetece salir a fotografiarla, es la misma luna... es la misma fotógrafa... pero no puedo evitarlo.
Las primeras veces que intenté fotografiarla,  me llevé una gran desilusión al ver el resultado. Iba armada con mi trípode para evitar movimientos. Así que no entendía por qué no se notaba ningún detalle, por qué solo era una mancha blanca luminosa. Ni siquiera el cielo era negro, había tanta luz que todo el cielo era luminoso.
Cometía el error de poner una exposición larga en la cámara, simplemente porque estaba acostumbrada a utilizar este tipo de exposiciones cuando hacía fotos con poca luz.  De hecho, había estado haciendo fotos a los coches que pasaban y esa larga exposición me había regalado unas instantáneas preciosas.

La luna refleja una gran cantidad de luz, así que no necesita una larga exposición. Reajusté y me gustó lo que vi. Hay que añadir que aquella experiencia fue hace más de 20 años, cuando cada disparo nos costaba dinero, no existían las cámaras digitales, ni la posibilidad de disparar mil veces hasta dar con la imagen adecuada.

Debemos seguir unas cuantas reglas para dar con nuestra luna perfecta.

  • No está de más consultar las fases de la luna, nos evitaremos llegar al punto en el que haremos las fotos y descubrir que apenas se ve o que ni siquiera está visible porque estamos en luna nueva.
  • Es aconsejable  la medición puntual. La medición matricial, que suelen tener seleccionadas las cámaras por defecto engañarán a la cámara y probablemente la luna salga sobre expuesta.
  • No está de más consultar las fases de la luna, nos evitaremos llegar al punto en el que haremos las fotos y descubrir que apenas se ve o que ni siquiera está visible porque estamos en luna nueva.
  • Utiliza el zoom al máximo.
  • Enfoca al infinito: Es preferible  colocar el modo de enfoque en posición manual para que quede fijado al infinito






 Estas fotos las hice este verano, para ver la diferencia entre las dos exposiciones






La foto siguiente está hecha en marzo del 2010.   Durante aquellos días, en las redes se compartieron miles de fotos de la luna. El color no está modificado, cuando la Luna está más próxima al horizonte se percibe más roja, ya que los rayos de luz tienen que atravesar un espesor mayor de atmósfera. A eso se debe el color de esta foto.


lunes, 10 de febrero de 2014

Si o no al uso de photoshop


La utilización de photoshop se ha extendido de una forma antes desconocida entre los medios de comunicación. Es un tema que crea una gran polémica entre el mundo de la fotografía ¿Deberían existir límites?

Si estamos hablando, por ejemplo, de una empresa de cosmética creo que debería estar totalmente prohibido porque se está mintiendo. Nos muestran una imagen impecable, sin imperfecciones después del uso de un maquillaje o una crema hidratante. Ese retoque no se ha realizado para resaltar la belleza de la modelo, su único objetivo es engañar al público y vender el producto. O ¿Qué decir de esas melenas brillantes, lisas, sin punta abiertas, ondeando al aire por haber utilizado una marca de champú? Grandes mentiras a las que ya estamos acostumbrados. Tanto, que nadie se plantea que pudiera ser delito al tratarse de publicidad engañosa.

Yo me declaro defensora del retoque fotográfico cuando el fin no sea vender sino crear y hacer sentir bien a la persona que mira la foto. ¿Alguien se ha planteado alguna vez que un pintor sea un fraude? Creo que no. ¿Por qué cuando alguien ve un cuadro no dice: “Esto es una gran mentira, este paisaje o este rostro no muestra la realidad tal y como es”? No lo decimos porque se trata de arte y lo vemos como tal. Un pintor puede pasarse horas o días  retocando su cuadro, dejando su huella personal, para dar como resultado una obra de arte, aunque no se parezca a nada real si hablamos de cubismo o incluso arte abstracto… Sin embargo, cuando es un fotógrafo el que retoca su trabajo se le tacha de mediocre o incluso “tramposo” por transformar esa primera imagen que captó el objetivo.

Hay quien dice, que ya no hay fotógrafos sino informáticos. No cabe duda de que es necesario dominar el programa para poder llegar al resultado que buscamos, pero por muy buen informático que se sea, si no tienes el gusto o la visión clara de lo que quieres transmitir no te servirá de nada. Como el pintor que tiene las mejores y más caras materias primas, si no tiene alma de pintor y no sabe transmitir,  el resultado de su trabajo será un fracaso.

Quien dice no retocar las fotografía también lo hace, de otra manera, en el momento del disparo, ¿o acaso  no alteramos la realidad modificando  la iluminación en un estudio? Podíamos ceñirnos a la realidad del momento y hacer la foto con la luz que tengamos y  si hay un elemento que nos molesta en la fotografía ¿no lo quitamos  antes de disparar? Dejémoslo donde está, ya que esa es la realidad. Entonces, ¿solo se considera retoque cuando lo hacemos desde nuestro ordenador?


Como ya he dicho soy defensora del retoque, cuando retoco una fotografía no pretendo engañar, de hecho nunca lo oculto. Lo que trato es de crear algo a partir de una base (la foto original).  No la retoco porque crea que la original no es buena, simplemente le doy mi toque personal: las nubes me gustan contrastadas, los paisajes sin sol me gustan desaturados, con aire melancólico y si hago un retrato corrijo imperfecciones, siempre dentro de un límite, sin transformarlos en caricaturas que no tengan que ver con la realidad.


En las fotos de abajo, eliminé el entorno del avión y le exageré la boca. Cuando miré a través del objetivo vi la cara de una especie de insecto mirándome. Fue un instante, pero lo suficiente como para necesitar retocarla y enfatizar esa mirada.





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